[Reseñas] Estambul, de Orhan Pamuk


Una vez más me he encontrado con Pamuk. Si alguien busca algo más de él, por ahí hay otra entrada sobre su libro "La casa del Silencio".

Pero esta vez me encontré con "Estambul". Luis, mi proveedor oficial, me vendió este texto de unas trescientas páginas, por algo así como 5 USD. Le llamo la ventaja de estar en el Perú.

Aún no termino el libro, pero hay un par de reflexiones que voy a ir adelantando, y creo que las enumeraré. No, mejor no.

Prefiero la forma de la prosa y no del trabajo académico, pero he estado tan metido con la tesis, que creo que ahora todo lo veo en metodologías, capítulos, paréntesis, incisos y cuadriculado... qué triste que las tesis tengan que ser así.


En fin, Orhan, ¿no? Sí. Orhan, un turco que cuenta su historia: la vida de un escritor que nunca ha salido de su casa, de su tierra. Pamuk, a diferencia de otros, es un tipo que reconoce y afirma su sedentariedad. El libro comienza prácticamente haciendo un recuento de su primer berrido al nacer, pero una vez que uno pasa la etapa de niñez en que dice si le gustaba o no la papilla, el asunto comienza a volvrse más interesante: es la visión de un pequeño que ve la vida de los adultos, que descubre su ciudad; la mezcla, decadencia, occidentalización, cambio de espíritu y melancolía urbana.

Compleja explicación esa de la melancolía, pero me hizo pensar terriblemente en Lima, otra ciudad cercana al mar, otra ciudad en que conviven sus migrantes nacionales, una metrópoli que se encierra en sí misma, en sus nubes, en su invierno, en sus glorias pasadas y ama vivir de "cuando las cosas eran distintas"... esa ciudad que, si por ella hubiera sido, mejor no hubiera madurado, mejor no hubiera abandonado la bonanza del caucho, de la anchoveta o del guano; así Istambul (¿Estambul?) recuerda la bella época del imperio otomano, rchazándolo por un lado, pero añorando esas épocas de palacios, bajás, sultanes, harenes y grandes construcciones. ¿No les parece similar?

Pamuk toma también notas de diarios de principios de siglo (XX, tengo que aclarar, aunque aún me parezca tan claro), con sus notas cómicas (¿tragicómicas, debería decir?):
"Las agujas de los dos grandes relojes que hay en ambos extremos del puente [de Karaköy], como las de los demás relojes públicos d ela ciudad, avanzan a su libre albedrío y se dedican a torturar a muchos estambulíes haciéndoles creer que el vapor que todavía está amarrado al muelle ha salido hace tiempo, o dándoles falsas esperanzas de que el que ha partido hace rato aún sigue allí"

"Víctor Hugo, el famoso escritor francés, se subía al piso superior de algún autobús, en su mayoría tirados por caballos, cruzaba París y observaba lo que hacían sus conciudadanos. Ayer yo le imité y pude darme cuenta de que la mayor parte de nuestros conciudadanos estambulíes andan con muy poco cuidado y chocando unos con otros, que tiran al suelo billetes de autobús usados, cucuruchos de helados, mazorcas de maíz, que los peatones avanzan por la calzada y los automóviles por la acera y que la ciudad entera viste unas ropas horribles no tanto por la pobreza como por pereza e ignorancia"
¿No se parece esto a nuestras bellas ciudades latinas?


Enfin, Pamuk está lleno de sorpresas, como aquella del escritor que se dedicó a hacer la "Enciclopedia de Estambul", y que hizo dos intentos para terminarla, quedando la primera en el tomo número 2 y la segunda en el 11, pero Kocu (El nombre del autor) es uno de los más famosos para quienes hacen trabajos de investigación sobre la ciudad. Por ahí se leen también los personajes que dieron forma a "La casa del silencio"

Voy por más, todavía, pero he de decir que me han dado ganas de pasear por el Bósforo y de recorrer esa ciudad tan mixta y en la que tal vez, si las cosas no han cambiado mucho, uno se podría topar con Orhan al caminar...

Las fotos no son mías sino de la red... lo siento, pero no he estado por allá aún.

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