[Reseñas] Un disco embrujado (Sobre Bocanada, de Cerati)



Hoy te busqué
en la rima que duerme
con todas las palabras.
Si algo callé
es porque entendí todo
menos la distancia.


Si esto no es poesía, entonces que alguien me diga qué es. Gustavo Cerati es conocido por casi todos los que conocieron a Soda Stéreo. Para muchos desapareció después de ese disco amarillo que repetía "ella me usó, como un revólver"

Para mí al menos, no fue sino hasta que mi hermana me regalara el disco "Bocanada" que pude darme cuenta de la calidad del hombre. Que conste que no soy un melómano suicida, ni que recibo un premio por comentar libos o discos (y mira que sería genial, porque lo hago con bastante frecuencia).

Leer sus letras lo pondría al nivel de un poeta reconocido, pero escuchárselas cantar es causa de adicción: es una especie de embrujo.

En algo influirá la voz, grave y clara, pero es mucho más fuerte el contenido de las letras...


corri­ hasta alcanzarte 
y venci­ la sordida sed 
en la alquimia salvaje de tus labios oro rubi­


Aún ahora que escribo y reflexiono, me cuesta trabajo describir lo que siento al pensar en estas canciones: es un poco la magia de frases tan elaboradas que no te permite memorizarlas y por ende, tienes que escuchar una y otra vez tratando de recordarlas. Creo que es justo lo que tengo con el Péndulo de Foucault, de Eco: que lo puedes leer y releer, al derecho y al revés, partir del centro y hacer un capítulo sí y otro no, en fin, buscar todas las combinaciones que borgesianamente sean posibles, sin aburrirte de hacerlo y descubriendo siempre un nuevo elemento.

La portada del Bocanada presenta a Cerati despidiendo humo: ¿de cigarro, de marihuana, o simplemente al humo que sale de la boca al hablar, en invierno? no importa el elemento que use para inspirarse, pero es lo que hace cualquiera que quiera decir algo cuerdo: se lo piensa antes.

Por mi parte, allende de la música y de las palabras, el disco tiene una historia: me lo regaló la K en uno de mis cumpleaños en Toluca. Al principio no le puse mucha atención, hasta que un día, solo, comencé a figurarme lo que escuchaba y me di cuenta de que era una especie de borgesiada.

Viajó conmigo hacia el sur americano; fue el único que me robaron cuando entraron a mi casa y se llevaron laptop, cámara, y dinero. Pasé meses sin él y no fue sino hasta el día que pude pasar por Bogotá y perderme en la séptima avenida que lo conseguí, en un pasillo de esos misteriosos (un sitio con media docena de personas y unas 10 cajas llenas de discos pirata).

Y recordando sus palabras, "hoy te busqué...", me topé con esa carátula azul. Lo compré e inmediatamente subí a mi computadora. Desde entonces somos grandes compañeros y con frecuencia al despertar lo pongo mientras divago recordando mis sueños (y en ocasiones tratando de armarlos en historias).

Qué otra cosa es un árbol
más que libertad?
Y si te abrazo, es para sentir...

Que a nuestro amor
nunca podrán sacarlo de raíz

sacarlo de raíz.


El disco pirata comprado quedó en manos de mi amigo Fernando, un suertudo que tiene la oportunidad de vivir dentro de un parque nacional y trabajar en uno de los mejores sitios que conozco.

Hace unos días, acampando en la alta montaña peruana, a unos 4,300 msn. la lluvia nos atajó toda la noche y sentí un terrible insomnio: tal vez de preocupación, tal vez sólo por el ruido del agua sobre nuestra carpa, o tal vez porque mientras intentaba dormir recordaba una y otra vez que "si algo callé, fue porque comprendí todo, menos la distancia" y eso daba al clavo con mi reflexión: ¿qué hacía ahí, en ese sitio, con las ideas claras, pero lejos de todo?


Alguna vez querrás saber 
la dirección para volver
al origen que al principio fue.

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