[Reseñas] Teatro: Cordelia de teatro en teatro

Cordelia de teatro en teatro.

Hace días que fui a ver por segunda vez una obra llamada “Cordelia de pueblo en pueblo”, una pieza sarcástica y deliciosa que cuenta las desventuras de un grupo de teatro ambulante, en un país que pudiera ser cualquiera, y sin embargo es único. Pucayu es el grupo que la presenta en el Perú, si bien el libreto original es de un argentino llamado Alberto Adellach, que en realidad se llamaba Carlos Creste (datos del mismo Pucayu), de la época de los sesentas.

Pero como todo en nuestro continente es de una perífrasis interminable, cualquiera pensaría que Adellach lo escribió hace un año y que nada ha cambiado cuando, en realidad, nada ha cambiado: seguimos viviendo bajo el dominio de una sarta de políticos que lo ignoran todo acerca del arte; continuamos viendo guerras, guerrillas, revoluciones y revolucioncillas por doquier; y los artistas siguen luchando por abrirse paso en la dureza de la vida: andando los caminos que controlan los salteadores y el vulgo empresarial que sólo piensa en caminos alfombrados de color verde y con la imagen de George Washington.




Cordelia es la única, tenía que ser una mujer, por supuesto, de la tropa con algo de coherencia y la que termina pagando el pato de todas las ocurrencias de su padre, dipsómano director teatral que algún día tuvo su gloria, terminó por caer de la gracia de los poderosos y ahora deambula por el campo, intentando presentar a los clásicos del teatro cuando el mundo sólo quiere ver piernas y morbo.



La tropa se topa en el camino con Bazofia y su profesor: el primero la perfecta encarnación del estudiante de economía que piensa que el motor del país depende de los capitales externos y de los préstamos internacionales (de esos estudiantes que ya no encontramos), y el segundo, un profesor que, harto de su vida y de ser ciego, sólo busca el lugar para morir y descansar sus huesos... pero no pierde la ocasión de utilizar todo tipo de frases peyorativas sobre su estudiante que no sirve ni para empujarlo al suicidio.

Y durante casi dos horas acompañé a esta tropa aumentada que en el trayecto se encontrará con un empresario que no quiere escuchar a Moliere, sino ver un buen striptease, y vivirá uno de los momentos más exitosos cuando el viejo director se encuentre con un alcalde que resulta ser un viejo conocido que le dejará jugar su teatro y hacerle una crítica al gobierno que representa, otorgándole el mando, aunque sea de modo temporal para que haga su burocracia perfecta y ponga al profesor como ministro de justicia, pues finalmente es ciego y a Cordelia como ministro de educación y prometerle una buena dosis de lápices si ella apoya a las fuerzas armadas....


En fin, si algo de lo representado se parece en lo más mínimo a la realidad... es mera y absoluta coincidencia.

Una muy buena actuación, la de esta tropa que hace un esfuerzo definitivo por mostrar una pieza con un poco más de contenido que aquellas representaciones del circuito comercial; ojalá un buen día tengamos la oportunidad de verla montada con un poco más de escenografía y que, si alguna pequeña crítica nos podemos permitir, los actores puedan utilizar un maquillaje menos teatral y más real.


Nota: Debido a una situación que sale completamente de mis manos (el robo de mi computadora, donde había guardado las fotos digitales) me veo en la necesidad de escanear unas fotos análogas que tomé con mi cámara (que al final tuvo el mismo destino de mi computadora), espero el trabajo de escaneo sea suficientemente bueno. Los actores al menos, podrán ver sus fotos en original.




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