[Reseñas] Más rápido que el ojo - Ray Bradbury / Sugerencias al novel escritor


Entre estos últimos post de la fase Lima, entre estos últimos libros, me encontré (-o "me re-encontré", debería decir) con un libro de cuentos de Bradbury llamado "Más rápido que el ojo.

La primer sorpresa con que me topo es que no sabía la edad de este escritor. En mi ignorancia, pensaba que estaría muerto, pues es así como uno admira más a los buenos escritores: suponiendo que ya escribieron todo lo que podían y que por más que quiséramos, acaso encontraríamos re-ediciones, cuentos inéditos, revisiones... pero que ya el capítulo estaba cerrado.


No, Bradbury no sólo está vivo, sino que además, a sus 88, continúa escribiendo. ¿Mezcla de sorpresa con decepción?

La mía fue sobre todo de admiración, porque estos 21 cuentos que presenta el libro son -salvo dos o tres medio simples- maravillosos. Es el autor viejo que cuenta historias, anécdotas, sueños, imaginerías... todo en uno.

Unterseaboat doktor, Zaharoff/Richter Grado Ocho, Otro buen lío, El Finnegan, Esa mujer en el césped, Crímenes muy dulces [doble estrella para ese!], La puerta de las brujas, Al final del noveno año, Bug, Una vez más legato, Tierra gratuita...

Pero creo que lo mejor de todo es "Apresúrate a vivir: Un epílogo".

En estas tres últimas páginas, el autor cuenta el origen de algunos de estos cuentos (no del que marqué con doble estrella, desafortunadamente), y sobre todo, deja una reflexión genial que no puedo dejar de copiar, para todos nosotros, escritores noveles:

Comienza por decir que para él, el arte de escribir es como el de un mago que saca del sombrero un conejo. "¿Y cómo lo hace?" Se pregunta.

"La verdad es que no lo sé. Yo no escribo esos cuentos. Ellos me escriben. [...] No tengo que esperar a que venga la inspiración. La inspiración me saca de la cama todas las mañanas. Poco antes del amanecer, cuando preferiría seguir durmiendo, el maldito asunto me habla entre oreja y oreja con las voces de mi Teatro de la Mañana. Sí, sí, ya sé que eso suena muy artístico, pero no, no predico ningún tipo de sesi´n espiritista. Las voces existen porque yo las guardé en ese sitio durante toda una vida de lectura, escritura y experiencia. Se acumularon y empezaron a hablar poco después del secundario"

Y continúa escribiendo sobre su experiencia literaria. Pero justo como en el cuento el principio y el final son las partes esenciales, el autor culmina con lo que me parece una de las mejores enseñanzas de un cuentista vivo:


"¿Mi último consejo a mí mismo, el niño mago envejecido y a ti?

Cuando tu teatro del alba resuene tratando de destaparte la nariz, no pierdas tiempo. Salta. Esas voces pueden desaparecer antes de que te despabiles en la ducha.

La velocidad lo es todo. La carrera a ciento cincuenta kilómetros por hora hasta la máquina de escribir es un remedio seguro para la vida desenfrenada y para la muerte muy real.

Apresúrate a vivir.
Sí, por Dios.
Vive. Y escribe. Con gran prisa"


Gracias por el consejo Ray, prometo seguirlo.

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